sábado, 14 de agosto de 2010

En un informe de la Fundación Vida Silvestre


Alertan sobre la tala de bosques

La World Wildlife Fund afirma que desde 1970 se destruye casi la tercera parte de los ecosistemas; revela que desaparece a diario una superficie arbolada equivalente a 1900 canchas de fútbol    El deterioro de los recursos en los ecosistemas naturales argentinos que no están en zonas protegidas está clasificado como de moderado a grave. Los bosques y selvas autóctonos son los más amenazados: tomando la tasa actual de deforestación, en nuestro país desaparece a diario una superficie equivalente a unas 1900 canchas de fútbol por la tala indiscriminada, según alerta la Fundación Vida Silvestre Argentina.
Aunque la visión del argentino promedio sobre el país es probablemente la de una extrema riqueza agropecuaria sumada a paisajes de abigarrada diversidad de especies vegetales y animales, el 70 por ciento del territorio continental padece condiciones de aridez o de semiaridez. Y el 30% restante va en camino.
Las causas son la erosión del agua, en 25 millones de los 228 millones disponibles, y la erosión eólica o del viento en el diez por ciento de las áreas aptas para cultivo.
Desmonte y erosión

La erosión de los suelos aumenta debido al desmonte. Al quitarse las raíces y sistemas radiculares que ayudan a fijar el suelo, éste pierde sus nutrientes. La permeabilidad del suelo (capacidad para dejar filtrar el agua de las precipitaciones) se modifica y con ella, ríos, lagos y lagunas son proclives al desborde.
Los ciclos naturales de sequías e inundaciones sufren cambios. Se pierden especies importantes para la alimentación y la medicina, se producen incendios que arrasan con áreas silvestres. Cada año unos tres millones y medio de hectáreas caen bajo el fuego.
Las prácticas de laboreo intensivo, la reconversión a la ganadería extensiva, las técnicas antiguas y la extracción de madera contribuyen al desastre.
"Hay que verlo de dos formas: por una parte, el ritmo de la deforestación no es uniforme y, por otra, aunque se base en valores promedio, es probable que se haya detenido bastante por las crisis agrícola y ganadera que ha atravesado el país", afirmó Carlos Merenzon, director nacional de Recursos Forestales.
En 1914, la Argentina contaba con 105.888.400 hectáreas de masa forestal nativa y hoy son sólo alrededor de 36 millones. Si se perdieron casi 70 millones de hectáreas en menos de un siglo, dos tercios del patrimonio forestal, da una tasa promedio de 800.000 al año.
"El proceso de pérdida, algo atenuado, tiene actualmente un ritmo promedio de 500.800 hectáreas por año o casi unas 1400 hectáreas por día. No se puede calcular en forma matemática, pero nos interesa que la gente tome conciencia de la tendencia a la pérdida constante de la riqueza forestal y que se actúe sobre el problema."
Los bosques nativos representan del 60 al 70% de la diversidad biológica terrestre, que está seriamente amenazada. Su reemplazo por otras especies cultivadas, exóticas, no hace más que agravar el panorama.
La situación argentina
Grave: es el deterioro del 90 % de los ecosistemas naturales no protegidos.
Ilegal: el tráfico de fauna y de flora silvestres en el país es uno de los mayores del continente.
Sobrepesca: preocupa el barrido del fondo marino, las flotas no autorizadas y el descarte de especies al pescar.
Extinción: 20% de los mamíferos y 7% de las aves están amenazados.
Invasión: especies exóticas introducidas por el hombre causan estragos en la vida silvestre.
Enfermedades: la variación en las condiciones climáticas puede dar paso a diferentes epidemias.
Explotación irracional

Los humanos hemos destruido más del 30 por ciento de la riqueza natural del planeta desde 1970, según la evaluación de la Fundación Mundial de Vida Silvestre (World Wildlife Fund, WWF, por sus siglas en inglés).
La WWF presentó su informe Indice Planeta Vivo, que analiza el deterioro de los ecosistemas forestales, marinos y de agua dulce entre 1970 y 1995, basándose en seis indicadores del consumo per cápita y la contaminación en 152 países.
La gente aumentó la presión sobre el medio ambiente por medio de la producción y el consumo de recursos como los granos, los peces, la madera, el agua y las emisiones contaminantes, como el dióxido de carbono.
Los consumidores del mundo industrializado imprimieron dos veces y media más presión sobre los recursos naturales respecto de los habitantes del mundo en vías de desarrollo. El índice cayó el 30 por ciento desde 1970, lo que implica que el planeta Tierra perdió cerca de un tercio de su riqueza natural en ese período.
Desde 1960 se ha duplicado el consumo de pescado extraído del mar y la mayoría de los recursos ictícolas marinos han sido sobreexplotados o están declinando.
El uso del papel y de la madera han aumentado más del 66 por ciento desde 1960 y a pesar de que todavía existen bosques capaces de proveerlos, la mayoría no es explotada en forma sostenida (es decir cuidando su regeneración y evitando de forestar el área).
Supone el trabajo que más de la mitad del agua dulce está siendo utilizada para consumo humano y que las emisiones de dióxido de carbono, que se han duplicado en ese lapso, exceden la capacidad de la biosfera para reabsorber ese gas.
"El Indice Planeta Vivo pretende medir cuánto queda de natural en este mundo", asegura Jorgen Randers, director general de WWF International. "Si el índice decrece, quiere decir que estamos sobreutilizando nuestros recursos naturales y produciendo demasiada contaminación."